¿Muerte o progreso?

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Sarita Reyes

Foto tomada de Semana.com

Hoy estamos de luto, pero lo verdaderamente triste es ver al mundo seguir como si nada (...) Hoy no solo muere el río, morimos todos.

Un río que a lo largo de la historia ha conectado poblaciones, mitos, hechos históricos y elocución, que conecta la sangre metafóricamente, hoy muere. Todos le decimos adiós al río, porque jamás volverá a ser igual de majestuoso que antes, incluso si su cauce vuelva a tener la misma cantidad de agua, su flora, fauna y simbología son irrecuperables. La cantidad de peces muertos es impensable, la cantidad de rocas y árboles estancados son una problemática para extracción de oro. Además las poblaciones aledañas al río como Valdivia, Puerto Antioquia, Tarazá y Cáceres, son las más afectadas por esta crisis ambiental. Muchas personas de estos sectores han tenido que marcharse puesto que sus fuentes de ingresos ya no son viables.

Esta crisis ambiental jamás pensada por las grandes corporaciones, como EPM, hoy se vuelve realidad. Va más allá de una crisis monetaria o eléctrica, va más allá de quitar una licencia ambiental, se trata de que hemos acabado con el recurso más sagrado e importante para todo ser viviente. Necesitamos este gran recurso hidrográfico, no solo como sustento de vida, sino como símbolo de historia y amor hacia lo más preciado.

Las personas hoy en día no se asombran por este tipo de crisis, creen que si el cauce vuelve a ser como era antes, todo está arreglado. Cargamos todo en los hombre de EPM cuando nosotros también cargamos con la culpa, por haber sabido las consecuencias de que todo esto podría pasar y no haber hecho nada al respecto. En Bogotá y las grandes ciudades, la muerte del río es mucho más llevadera porque no hemos visto morir al río, ni hemos visto el sufrimiento, la problemática económica y social de las poblaciones cerca al río.

Hoy todos estamos de luto y lo estaremos siempre, hemos perdido un símbolo de sabiduría, que ha visto crecer un país, la evolución de un ser y su propia destrucción. Hoy estamos de luto y siempre lo estaremos, pues acabamos con un símbolo que no juzga, no divide en cambio de eso apoya y da amor a quien lo rodea.

Hoy estamos de luto, pero lo verdaderamente triste es ver al mundo seguir como si nada. Hoy no solo muere el río, morimos todos.