Desmintiendo el feminismo

Juanita Medina

“La palabra feminismo necesita ser rescatada. Necesita ser reclamado de manera que sea inclusivo para el hombre” -Annie Lennox

Según la RAE el feminismo es definido como “principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.” Por lo tanto, en este artículo quisiera dar una visión más amplia de lo que es el feminismo y desmentir términos erróneos usados hacia este.

En un principio, al movimiento de mujeres que buscaban la igualdad de derechos frente a los hombres, se les llamaba sufragistas, movimiento que se remonta desde la Revolución Francesa y toma aún más fuerza en la Revolución Industrial donde las condiciones laborales se tornan diferentes. A pesar de que la Revolución francesa no suple las demandas de este grupo de mujeres, la lucha sigue de una manera más autónoma como grupo ideológico. En el principio la lucha era basada en lograr el voto de las mujeres, aceptándolas como un factor de la sociedad, luchaban por tener custodia sobre sus hijos y años más tarde por ser partícipes una manera activa en el gobierno. Es hasta 1918 que el parlamento británico otorga el derecho al voto a mujeres mayores de 30 años, esto solo es un pequeño paso para que las mujeres puedan tener voz en la sociedad que habitaban.

Por otro lado el feminismo tomó aún más fuerza en 1966, Betty Friedan creó la Organización Nacional de Mujeres en donde las mujeres iniciaban con la ruptura de ideologías de género en donde su único papel era ser madres, esposas, amas de casa, destinadas a permanecer al lado de sus maridos como una posesión más.

Uno de los fundamentos del feminismo, es romper con los roles sociales que pueda tener cada sexo, pues desde el principio de la humanidad, se ha puesto a determinado sexo en labores específicas que funcionaron por un tiempo. Funcionaron mientras el ser humano creía que estaba destinado a vivir la misma historia que había vivido su familia, que estaba destinado a casarse y formar una familia feliz (Las cuales aún existen y seguirán existiendo pero no de la manera tradicional que hemos sido criados para formar). El movimiento feminista cree en la igualdad, no en un concepto básico que incluye a la mujer en derechos fundamentales en la sociedad, sino en una manera en la cual cada ser humano sea libre y tenga poder sobre su género y su cuerpo. En donde el hecho de ser hombre no sea un sinónimo de masculinidad o ser mujer no sea algo que nos relacione y obligue directamente a ser femeninas y a estar ligadas a la maternidad con vocación a labores del hogar.

El feminismo busca acabar con ese modelo patriarcal, que no solo usa a la mujer como un objeto sino que también obliga a los hombres a ser “masculinos” y tener que ocupar un rol. Aunque el feminismo ha sido confundido con términos como hembrismo o el tan nombrado feminazi, términos que no tienen una definición exacta en el diccionario pero coloquialmente se refieren a la superioridad que tienen las mujeres sobre los hombres, un término opuesto al machismo. Son términos usados de una manera tan errónea que insultan las vidas de las mujeres y hombres que han dado más de un cien por ciento para alcanzar la igualdad.

Es muy usual ver cómo el feminismo es un sinónimo de mujeres que buscan ocupar el lugar de los hombres, o mujeres que quieren ser hombres o incluso pensar que una persona feminista es una resentida con los hombres que tiene una orientación sexual diferente, pensamientos totalmente erróneos que reflejan la absurda división que existe en nuestra sociedad por el hecho de tener órganos reproductores diferentes.